Cuando llega la hora de elegir una caldera, vemos que en el mercado hay una oferta muy variada, con soluciones que se adaptan a las distintas necesidades y estilos de vida. Desde Gasfriocalor.com, especialistas en la instalación de calderas, vamos a hablaros de los tipos de calderas más destacados.
Empecemos por el principio. ¿Qué es una caldera? Una caldera un dispositivo que permite calentar el agua que posteriormente se distribuirá por una red de tuberías para ser utilizada como agua caliente sanitaria o como calefacción. Según el combustible o fuente de calor que utilicen, las calderas serán de un tipo u otro: gas, gasóleo, biomasa, eléctrica…
CALDERAS DE GAS
Las calderas de gas son aquellas que utilizan el gas como combustible, ya sea gas natural, gas propano o butano. En función de cuál sea su instalación, podemos encontrar distintos tipos de calderas de gas: de suelo (cuya potencia calorífica es mayor) o murales (son las calderas más usadas en cocinas y baños). Dentro de las calderas de gas, podemos distinguir 4 modalidades distintas:
Calderas estancas
Las calderas estancas son calderas totalmente cerradas, en las que la combustión se realiza en un compartimento totalmente cerrado, sin que se produzca ningún contacto con el aire. Para poder quemar el gas y realizar la combustión, absorben el aire del exterior a través de un conducto, y es también a través de un conducto de tiro forzado que expulsa al exterior los gases generados tras la combustión.
Calderas Bajo Nox
Las calderas Bajo Nox son un tipo de caldera de gas estanca que se caracteriza por llevar incorporado un sistema de combustión especial, que permite disminuir la emisión de óxidos de nitrógeno (NOx). Este sistema permite enfriar la llama que quema el gas y, de este modo, reducir la emisión de humos y de gases contaminantes. Si las comparamos con las calderas convencionales y las atmosféricas, podemos decir que las de bajo Nox ayudan a disminuir el impacto ambiental que producen los gases generados durante la combustión.
Calderas de condensación
Las calderas de condensación son un tipo de calderas de gas estancas con una interesante particularidad: aprovechan la energía del vapor de agua que se genera por la combustión de gases. Como gran punto fuerte podríamos destacar su doble reducción. Por un lado, ayudan a reducir la factura del gas, suponiendo un ahorro del 30% en el consumo de energía. Y, por el otro, ayudan a reducir las emisiones de óxido de nitrógeno y dióxido de carbono entorno a un 70%.
Para conocer los distintos tipos de calderas que hay en el mercado, no te pierdas el siguiente artículo. Puedes consultarlo haciendo clic aquí.