Siguiendo con la serie de artículos dedicados a las calderas de biomasa, hoy desde Gasfriocalor os vamos a hablar en este capítulo tercero sobre su mantenimiento. Este aspecto es muy importante tanto para mantener la caldera en su máxima capacidad operativa, como para mantener su seguridad. A la vez que también es muy importante para alargar su vida útil o para que a lo largo de la misma su funcionamiento sea impecable y funcione adecuadamente.
Toda caldera requiere de un mantenimiento y, por supuesto, las calderas de biomasa no suponen una excepción en este asunto, de modo que veamos unos inputs sobre las principales recomendaciones de mantenimiento para las calderas de biomasa:
Si queremos consultar los detalles exactos de mantenimiento de nuestra caldera deberemos seguir las indicaciones que se nos facilitan cuando se adquiere la caldera de biomasa a través del manual de instrucciones. Asimismo, deberemos seguir los consejos de los profesionales instaladores de calderas que nos realicen la instalación o de los profesionales del mantenimiento de calderas que luego nos la revisen, pero a grandes rasgos podemos decir que las calderas de biomasa tienen dos grandes necesidades de mantenimiento: limpieza y lubricado.
El desecho surgido de la combustión, es decir, la ceniza, es un elemento que de irse acumulando poco a poco va reduciendo la eficiencia energética de la caldera y perjudica su funcionamiento, por ello limpiar regularmente nuestra caldera de biomasa para retirar dicho residuo es una de las tareas básicas a realizar.
Del mismo modo, también requieren un servicio de mantenimiento de limpieza regular aquellos conductos y chimeneas que existan. Los mismos deben ser limpiados para eliminar los restos y la suciedad que se va acumulando en ellos.
Y en segundo lugar, como se decía, las calderas de biomasa requieren de la lubricación de los componentes de la misma. En general, los elementos a mantener bajo control para que mantengan un lubricado adecuado son los sistemas que ponen en marcha los ventiladores, los que generan el aire de la combustión o los que posibilitan que el combustible sea extraído y quemado.